Otros concesionarios dependientes del Cabildo de Gran Canaria miran con atención la solución que la institución adopte con el real Club de Golf para, en el caso de que se produzca una reducción del canon, personarse en Bravo Murillo con la misma petición. Concesionarios y competencia, porque nos podemos imaginar lo que podrían pensar empresarios que no ejercen su actividad en concesión pública al ver que, además de esa ventaja, se abaratan cánones y se incumplen pliegos. Algunos se preguntan si no sería aconsejable que el Real Club de Golf ejecute sus obligaciones y, en caso de déficit, acuda a sus socios a pedirles un esfuerzo económico adicional que les permita mantener la situación que han venido disfrutando tanto en tiempos de crisis como de vacas gordas sin plantearse prestar de modo efectivo el servicio público que se le supone. Para mejor proveer, la directiva que preside Salvador Cuyás ha aprovechado la coyuntura electoral para hacer desfilar por la sede del club a todos los candidatos de los principales partidos políticos. O sea, a los que tienen opciones de gobernar en el Cabildo. A todos se les ha pedido que se mojen por esta señera institución, el primer club de golf de España, pero hasta donde nosotros sabemos, nadie se ha comprometido a ir más allá de las soluciones técnicas y jurídicas que puedan proporcionar los expertos de la Corporación. Este viernes está prevista la visita de Paulino Rivero y Fernando Bañolas.