Hemos vuelto a repasar las sentencias absolutorias de Francisco Cabrera y de Carlos Sosa, todas ellas tras las correspondientes querellas por injurias y calumnias de este vicepresidente que padecemos, y hemos vuelto a llegar a la conclusión de que si algo sobra en el PP canario es jeta. Una jeta inconmensurable que se volvió a manifestar estos días a través de su secretario general, Manuel Fernández, que declaró que le parecía un abuso que se condenara a su señorito a pagar las costas por sus excesos, su temeridad y su mala fe procesal. Cuando en septiembre pasado el juez Sotoca absolvió a Carlos Sosa y condenó a Soria a las costas judiciales, aprovechó para recalcar que “es necesario evitar que la acción penal se pueda convertir en una suerte de instrumento para amordazar dichas libertades (de expresión y de derecho a la información)”. Todo ello tras dar por probados y suficientemente acreditados los hechos publicados por CANARIAS AHORA, que se referían precisamente a los mismos (la trama corrupta del PP en el concurso eólico) que sentaron en el banquillo a Francisco Cabrera, también absuelto con condena al pago de las costas al vicepresidente del Gobierno. Vaya, qué vergüenza, el vicepresidente del Gobierno condenado por acosar a ciudadanos libres.