Ha cumplido Javier Sánchez-Simón con uno de los mandatos que le hizo el presidente de Puertos del Estado, Mariano Navas: “Haz lo que quieras pero no me repitas el equipo de Arnáiz”. Lo intentó el presidente portuario, como ha quedado dicho aquí, pero ha tenido que corregir el tiro por motivos diversos. En el caso de Ángel Cervantes, ha preferido dejarlo fuera de modo aparente, pero va a meter a alguien que tuvo que ver con el pintoresco letrado. Porque Ana Castillo era la responsable de los servicios jurídicos de Serviport, hoy Inerza, cuando en octubre de 2003 se trasladaron a las dependencias de esa empresa los ordenadores centrales de la Autoridad Portuaria en una operación delicada, peligrosa y sin precedentes. Precisó tal disparate, hecho sin concurso y sin garantías legales, de unos informes jurídicos muy comprometidos, asumidos por Cervantes desde el Puerto y firmados por la señora Castillo desde Serviport. Y ahora, todos juntitos, alabin, alaban, alabin, bom, ban, urrá, urrá, urrá...