Es una auténtica papa caliente esto del negocio de la televisión pública canaria porque a su alrededor no sólo se mueven importantes grupos mediáticos internacionales, sino también grandes empresas informativas locales interesadas en tocar control. Por eso, y por la proverbial pachorra de Adán Martín, el nuevo concurso y otros asuntos informativos, como la televisión digital terrestre o la asignación de nuevas frecuencias de radio, han ido siendo aplazadas sin una explicación razonable. Pero en el entorno de Zerolo, donde se presiona hasta límites pornográficos para asuntos que van del cero al infinito, desde imponer una productora hasta cambiar un programa en la parrilla para que dé más procentaje de audiencia, quieren que se adjudique ya, que el público se va. Y viene el PSOE, con Jesús del Gran Poder sobrevolando Vistalegre.