Volvemos a ofrecer las páginas de este periódico a todos los que durante años defendieron a José Manuel Arnáiz como gran gestor, como la gran esperanza blanca de los puertos del Estado en la provincia de Las Palmas. Pueden insistir, que lo publicaremos todo. Arnáiz yYa acumula, que sepamos, tres pleitos por tan soberbia gestión: La Gran Marina, el 3,5% de Esquivel y ahora este bomboncito de Sestiba. Pero actuaba con impunidad porque se consideraba protegido por los poderes políticos, José Manuel Soria en particular, y los portuarios, Germán Suárez y su gente. De hecho, en la votación para empurarlo celebrada este martes en Sestiba, sólo hubo dos votos en contra, los de Bernardino Santana, mano derecha de Suárez, y Enrique Gómez, de la empresa TCR. Chema Hernández, amigo del alma, delegó su voto en Sánchez-Simón, que apoyó la querella. Por cierto, muy llamativa la abstención del director del Puerto, José Daniel López, que votó de modo distinto de su presidente, el mentado Sánchez-Simón. ¿Fisuras? ¿Amistad íntima? ¿Enemistad manifiesta? ¿Miedo insuperable?