Contrariamente a la técnica habitual, consistente en lanzar una infamia desde las páginas de El Mundo y acto seguido solicitar el PP una comparecencia parlamentaria de la víctima de la campaña de desprestigio, en esta ocasión ha sido Convergencia i Unió la que ha pedido que comparezca en el Congreso de los Diputados el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al que suponemos profundo conocedor de los documentos, retales y chismes que han compuesto este infame borrador que ha servido a El Mundo para su campaña de turno. Esa petición parlamentaria más la interposición de al menos cuatro querellas, cuatro, ha provocado la indignación en el periódico de Pedrojota, que ahora tiene el atrevimiento de sentirse perseguido por los que ha difamado sin pruebas suficientes. Han medido mal, seguramente porque han olvidado en la caverna que el PP ya no está en la oposición, y que el grupo parlamentario que apoya al Gobierno no debería estar pidiendo la comparecencia de la oposición para dar altavoz a las mentiras del diario El Mundo. Pedrojota, no obstante, se frota las manos porque, como ha quedado acreditado a lo largo de su exuberante trayectoria profesional, lo que importa es repartir mierda. Imputa que algo queda. Y si todo queda en agua de borrajas (11-M, Faycan, Campeón?) para entonces las víctimas ya estarán suficientemente enfangadas como para poder volver a respirar.