No salieron las cosas como preveían los representantes de los poderes fácticos del puerto, José Juan Rodríguez del Castillo, presidente de la Asociación de Empresarios del Puerto; Juan Pérez, brazo derecho de Javier Esquivel, de OPCSA, y Bernardino Santana, el ojito derecho que todo lo ve de Germán Suárez. Lo intentaron por activa y por pasiva, pero los representantes empresariales les dijeron que se andaran con cuidado porque la contestación social existe y las sospechas de ilegalidad cada día son más patentes. Además, en la propia CCE hay una importante quiebra en el asunto de la Gran Marisma porque, aparte de los empresarios elegidos para la gloria, los hay que no quieren oír hablar de la operación. Los portavoces portuarios presionaron hasta donde pudieron y obtuvieron el compromiso de un comunicado sin fecha de la CCE y una mención al “desarrollo sostenible del Puerto” en el discurso de Mario Rodríguez en el almuerzo navideño de la patronal (qué peligro tienen los discursos navideños de la patronal). Pero algo es algo.