El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El Confital originó el pelotazo de Pavía
Es frecuente escuchar a Pepa Luzardo desperdiciando momentos de silencio inteligente. Habla y habla en la creencia de que todo el público oyente está en condiciones de tragar, digerir y evacuar con la misma facilidad que ella suelta lindezas por esa boca. Porque, efectivamente, Luzardo permutó la pieza de litoral de El Confital, mayormente afectada por la Ley de Costas, por una parcela de extraordinario valor urbanístico, la de la calle Pavía, pero lo hizo infringiendo las normas de expropiación por las que esta última pieza había sido expropiada por el Ayuntamiento en 1989, es decir, con destino a una dotación deportiva. Los propietarios de Pavía, familia política del que a la sazón era concejal de Urbanismo, Juan José Cardona, hoy candidato a alcalde de la ciudad por el PP, reclamó la reversión de ese suelo y ha ganado el pleito. Y lo ha ganado cuando La Caja se había quedado con él tras la suspensión de pagos de Evemarina, la inmobiliaria que había comprado a los propietarios del Confital la tan señalada parcela. El Ayuntamiento se enfrenta ahora a fuertes indemnizaciones que podrían superar los 35 millones de euros, que es lo que al final nos va a terminar costando la fabulosa operación anti-chabolas de doña Pepa Luzardo. Poner como ejemplo el convenio de El Confital para justificar el pelotazo del Canódromo no produce otro efecto que extender los malos pensamientos, ya de por sí bastante extendidos.
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