Los funcionarios aseguran que la Viceconsejería de Medio Ambiente tiene el enemigo dentro, totalmente dispuesto a vaciarla de contenido a mayor gloria del ladrillo. Así las cosas, le toca hablar al consejero Augusto Lorenzo, que aun no siendo hombre dado a los focos y las declaraciones públicas, no tiene más remedio que bien sacar a la luz todos los informes que según los funcionarios existen y colocarse al frente de ellos en una sana huida hacia adelante, o bien, desmentir de cabo a rabo todas esas denuncias y mandar ante el juez a los que él piense que han mentido. Las medias tintas no caben. Y mientras, para poner algo de color en medio de este marrón, el periódico ultradefensor del chicharrerismo coloca en su portada el hecho de que quince -no quince mil- ciudadanos se han sumado a los empresarios de la isla picuda que tan preocupados están porque se ejecuten todas las grandes obras proyectadas allí. El día que sean más de cincuenta les va a faltar papel.