Las televisiones locales de todas las islas son un filón para verificar las limitaciones de los medios, el intrusismo, la chabacanería, el atrevimiento de unos y la ignorancia de muchos que pontifican ante la pequeña pantalla. De Tenerife, por ejemplo, llegan informaciones sobre Mi Tierra TV, un subproducto trufado de ultracatolicismo, localismo de campanario y tentetieso e insularismo atroz hasta Santa Cruz capital, que tampoco escapa a los denuestos de un tal Pepe López, copropietario de la cosa. Pero ocurre que el personal ya le está perdiendo miedo a su chorreo insultante y amenazante de cada programa, y así, hace unos días tuvieron que darle un corte fulminante en antena a una persona que había llamado para dar una queja. Comoquiera que Daniel Montes de Oca, el otro copropietario y supuesto moderador de los desaguisados, trataba de justificar al destinatario de la queja, el interlocutor le replicó y se despidió de forma animal: “Ya está bien de lo mismo y saludos al orangután ése que tienes al lado”. Montes de Oca, real como la emisión misma, redifundida tropecientas veces, cortó por lo sano: “Pues aquí no se permiten descalificaciones de ese tipo”. Y es que de pronto le entró amnesia y se olvidó de todos los epítetos, desconsideraciones y ofensas que sueltan por esas boquitas sistemáticamente y que ya les han costado unas cuantas querellas.