Pérdida de confianza. Ésa ha sido la versión oficial lanzada por Francisco Hernández Spínola para explicar su inesperada dimisión al frente del Grupo Parlamentario Socialista y de la Vicesecretaría General del PSC. Una dimisión de gran calado, no sólo por producirse en el momento políticamente más inoportuno (congresos de todos los partidos, debilidad manifiesta del Gobierno y de los líderes adversarios), sino por constituir una nueva vuelta de tuerca en la estrategia de desgaste de Juan Fernando López Aguilar para que renuncie a la reelección como secretario general socialista. La marcha de Spínola no será la última, y este domingo ya se especulaba con que el siguiente será Blas Trujillo, portavoz parlamentario y encargado de las relaciones económicas del partido. La crisis socialista entra en un punto sin retorno a partir del cual se radicalizarán las posturas entre los partidarios de los dos modelos en discusión.