Ya puede el alcalde de Arrecife, el pepero Cándido Reguera, volver a dar vueltas en la cama desvelado por el remordimiento. Eso dice que le pasó en junio, cuando decidió que el Ayuntamiento contratara un concierto de Alejandro Sanz con las arcas vacías y con escasísimas posibilidades de recuperarlas a corto y medio plazo. Todos los ayuntamientos españoles están en igual situación, sólo que ninguno tiene a un lumbrera como Reguera al frente, haciendo unas cuentas que no salen ni de coña. Dijo el alcalde que el Consistorio iba a invertir 275.000 euros en el acontecimiento, pero que esperaba obtener un retorno de 500.000 euros, lo que le permitiría destinar unos 300.000 a unas ONG dedicadas a generar empleo entre la población. El resultado, tal y como cabía prever, no ha podido ser más catastrófico: si los datos municipales son ciertos, la recaudación no alcanzó los 120.000 euros en el mejor de los casos, lo que no da ni a cubrir la mitad de la inversión declarada. Porque algunas fuentes insisten en que, además del contrato con la productora que gira al cantante madrileño, el consistorio incurrió en otros gastos de promoción. O sea, que de crear empleo, el alcalde de Arrecife pasó a perder más de 155.000 euros, en la versión más optimista. Esperen que le meta mano al islote del Francés, a ver en qué consiste el icono.