El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cuidado que hay gilipollas en Canarias
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Más razón que un santo. El ex secretario general del PP, diputado fundador y vitalicio en el Parlamento de Canarias, relaciones públicas de Anfi del Mar, agente de viajes de José Manuel Soria, colocador de facturas falsas para el caso Bragate y entusiasta de los documentales visionados en su tableta durante los plenos de la Cámara ha vuelto a dar en el clavo. “Cuidado que hay gilipollas en Canarias”, dijo tal cual este jueves desde la tribuna de oradores en un momento de irrefrenable pasión dialéctica, disciplina, la de la dialéctica, de la que es un consumado maestro. Lo dijo, aclarémoslo para mejor proveer, cuando trataba de explicar a sus señorías y al público en general que en Marruecos nos consideran así, gilipollas, por no querer sacar petróleo de los presuntos pozos que se encuentran en esa línea divisoria, cercana al meridiano de Grinich (Greenwich para el resto del mundo) situada entre el Archipiélago y el Reino de Marruecos. “Claro que sí”, añadió a continuación, haciendo suya esa sutil percepción que él cree que tienen en el vecino país de los que nos oponemos a la explotación petrolífera en nuestro litoral. Por supuesto que hay gilipollas en Canarias, añadimos nosotros de nuestra propia cosecha, agradecidos de antemano por esa visión que hasta ahora no se nos había ocurrido. Hay personas, como Manuel Fernández, al que nos negamos a calificar de gilipollas, que, a pesar de lo que han dicho los directivos de Repsol a los periodistas (tanto en sesiones privadas como públicas), siguen creyendo en la teoría de que hay una roca madre de la que se puede succionar a uno u otro lado de la línea imaginaria. Hay personas, a las que nos negamos a calificar de gilipollas, que, a pesar de los informes especializados todavía sostienen que no hay peligro alguno de que las mínimas tareas de sondeos puedan afectar al rico ecosistema marino; o que rechazan valientemente que un hipotético vertido pueda acabar con la industria turística o con el suministro de agua potable en Lanzarote y Fuerteventura por una parada forzosa de sus plantas desaladoras. Hay canarios, a los que nos negamos a calificad de gilipollas, que todavía creen que Repsol va a generar 50.000 puestos de trabajo en las Islas, lo que nos hará alcanzar la diversificación económica tantas veces ansiada y que con los impuestos que generará, Canarias se convertirá en un remedo de bienestar como Noruega. Luego están los auténticos gilipollas, esos sí, que sabiendo todo esto y conscientes de que alguien está mamando con este negocio por encima de sus posibilidades, queman sus naves, su inteligencia, su credibilidad ante los electores y el futuro de su tierra, haciendo el canelo. Gracias, don Manuel, una vez más.
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