Gracias a la carta que reprodujo este domingo el diario Público, conocemos palabra por palabra lo que escribió el general de la Guardia Civil a la jefa superior de Policía. Tal y como ya publicó La Provincia el pasado domingo, se confirma que el general Martínez pidió a la comisaria De Vega que empurara sin piedad al inspector que osó detener y denunciar a tan distinguida dama, la esposa de su compañero de armas Martín Alonso, “cuya honradez y buena educación bien conoces”, y a quien se ocasionaron “graves perjuicios” mediante “un injusto castigo”, una condena por conformidad que aceptó la imputada tras negociarla con la fiscal del Juzgado de Instrucción 3. Pero hay un dato que al menos a nosotros se nos había escapado. Dice el general en el primer párrafo de su carta que “la conductora aseguró que había cometido un error inintencionado” circulando en dirección prohibida en la autovía de Tafira, “y los propios agentes [de la Guardia Civil] conocían la defectuosa señalización de la zona”. Esta afirmación nos lleva a dos conclusiones, cada cual más calamitosa: si la señalización es “defectuosa” y la autovía del centro lleva tres décadas construida, ¿ya lo ha comunicado la Guardia Civil a la autoridad competente (civil, por supuesto)? Y la segunda: si esta infractora/imputada pudo haber visto reducida su infracción por este motivo, ¿podemos todos los usuarios de esa vía alegar lo mismo (despiste, falta de intencionalidad, mala señalización) cada vez que tengamos un incidente tipo exceso de velocidad? Lo que está claro es que el Cabildo ha de dar una explicación cuanto antes tras esta acusación del general de la Guardia Civil.