No parece, sin embargo, que Guillermo Concepción esté muy a gusto con el repentino cambio de actitud de su presidenta insular y de sus compañeros del PP, que se empezó a notar en las Navidades pasadas como si alguien hubiera cursado unas instrucciones de obligado cumplimiento: recuperen a ese hombre, que nos desgracia la vida en plena campaña electoral. De repente los insultos homófobos, los desplantes, el vacío... se han tornado abrazos, palmadas en la espalda y reconocimiento público a su valía política. Él no se lo cree porque asume que todo responde a su incendiaria carta y a la constatación de que el comportamiento de Águeda Montelongo y los suyos no es lo que se puede calificar de químicamente puro. Más bien lo contrario. De ahí que el vicepresidente del Cabildo haya pedido formalmente la relación de gastos, convenientemente detallados y foliados, del Patronato de Turismo de Fuerteventura en el último año. Todavía no se lo han dado, y mucho nos tememos que deberá reclamarlos por un conducto algo más expeditivo.