Ustedes se preguntarán qué hace Comisiones Obreras en TVE colaborando con el PP en el presunto desenmascaramiento de la también presunta manipulación informativa del centro emisor de Canarias. La respuesta hay que buscarla (y encontrarla) en la perniciosa y recurrente manía de los sindicatos presentes en el ente de mangonearlo todo a su antojo hasta haber conseguido convertirse en un contrapoder en la sombra. De 4.600 trabajadores que tiene actualmente la remodelada RTVE en su corporación, TVE y Radio Nacional de España, 330 son liberados sindicales, lo que supone un desembolso público de 12 millones de euros al año. Con la siempre encomiable excusa de defender a los trabajadores, en la mayoría de los casos estos delegados sindicales se dedican a perpetuar viejos privilegios que, en gran medida, condujeron a la quiebra del ente y a la durísima reestructuración que tuvo que acometer el ente público. En el caso concreto de la denuncia que entusiasma a Carmen Guerra, se trata de una guerra a muerte de la secretaria general estatal de CCOO, Dolores Arocha, contra la directora del centro de Canarias, Lourdes Santana, por el frustrado intento de enchufar a un sobrino de la primera.