Ignoramos por completo a qué se debió el caos organizativo de la Cabalgata carnavalera de este año en Las Palmas de Gran Canaria, ni si se cumplió la amenaza sindical de una huelga de celo de la Policía Local. Pero el caso cierto es que por más que los compañeros buscaron y buscaron, sólo vieron dos uniformes de ese cuerpo, y lo que había dentro de ellos parecía ser de verdad, eran miembros del cuerpo que dirige Rosa Rodríguez. La concejala de Tráfico, Policía y Transportes estaba privada de su juicio, no sabemos si por lo bien que le quedaba el disfraz, o porque ignoraba el tamaño de la pelotera que provocó, entre otras cosas, un retraso de la cabalgata de más de hora y media.