Finalmente ha sido María del Carmen Hernández Bento, alcaldesa en funciones por vacaciones del titular, la que ha firmado el nombramiento de la cuñada del alcalde como gerente del servicio municipal de Limpieza. Y aquí no ha pasado nada, que esto acaba de empezar y nos vamos a entretener muchísimo. El mismo día en que se daba este inquietante ejemplo de nepotismo, la concejala Carmen Guerra ordenaba el despido de cuatro trabajadoras que hasta la fecha venían dedicándose al servicio de respuesta inmediata al ciudadano en esa misma concejalía de Limpieza. Como causa oficial de estos tres despidos, que se han realizado sin los quince días de preaviso, se ha argumentado que se les acababa el contrato, cosa que es absolutamente falsa. Lo que sí es cierto es que ninguna de ellas tiene carné del PP, condición que seguramente atesorarán las que les sustituyan, como es menester. No sabemos por qué razón nos viene a la cabeza el numerito que montó este partido cuando la anterior concejala de Limpieza, Inmaculada Medina, hizo un contrato temporal de refuerzo al esposo de Carolina Darias, por entonces delegada del Gobierno y hoy consejera del Cabildo por el PSOE. Le hicieron la vida imposible a ese trabajador, que fue sacado del paro para ejecutar una tarea concreta a cuyo término volvió a ser despedido. Cobraba 1.000 euros al mes, mucho menos de lo que se llevará la cuñada del señor alcalde. Esto marcha.