Jorge Rodríguez llegó a cobrar por aquellos servicios de introductor de empresarios en instituciones públicas mediante varios pagos, unos más blancos que otros, simultaneando los trasiegos de influencias con su cargo de parlamentario regional del Partido Popular. A estas alturas no estamos en condiciones de asegurarles en cual de esas dos actividades ganaba más dinero, pero juntas seguro que sumaban un potosí. Aquella legislatura de 2007 la remató Jorge Rodríguez con dos hitos grandiosos, el primero, su activa participación en la redacción de las conclusiones de la comisión de investigación de la trama eólica. Transformado en severo e implacable juez, Rodríguez negoció con Coalición Canaria en nombre de su partido unas conclusiones tan fraudulentas que hasta produce sonrojo recordarlas. Porque aquella comisión en la que se investigaba mayormente a los hermanos Soria acabó responsabilizando al entonces presidente del Consejo de Administración de CANARIAS AHORA, que ni siquiera está imputado en la causa. Y aquí enlazamos con el segundo hito de Jorge Rodríguez: al publicar CANARIAS AHORA todos los detalles de la trama de Grupo Europa, el honorable diputado dimitió y se fue a los juzgados de Granadera Canaria a interponernos una querella por injurias y calumnias. El juez instructor ha intentado en varias ocasiones archivarla por razones obvias, un invento del Derecho Romano llamada exceptio veritatis, lo que equivale a que no puede haber ofensa si lo que se dice es verdad. Pero nos hemos tropezado con un magistrado de la Audiencia Provincial que quiere entretenernos un ratito, por lo que, paradojas de la justicia canaria, estamos imputados por haber publicado que Jorge Rodríguez cometió unos hechos por los que está imputado.