Pero don Pepito ha captado el mensaje. Los asuntos domésticos se lavan en casa, sin tener que mancharlos de tinta por toda Nivaria. Cuentan Avenida de Buenos Aires p'arriba que el control de los contenidos se ha endurecido últimamente en la redacción de El Día, por donde se deja ver demasiado, cual censor del Ministerio de Información y Turismo, a este prócer de la Patria Libre que habrá de venir algún día. El ferragosto se agota en Santa Cruz y la vuelta a la actividad judicial a partir de la próxima semana tiene a los capos de ATI en máxima tensión. De momento, el presidente provisional de la RIC capea malamente el temporal con su asunto doméstico en Arona, aunque bien foliado por la Guardia Civil, los prebostes de Santa Cruz se rasgan las vestiduras con el eterno proceso de Las Teresitas y todos miran hacia la Fiscalía Anticorrupción a la espera de ver caer otro tocho made in Farnés a cuenta del Parque Marítimo. Así que lo mejor para nuestra gente es que Don Pepito domestique el día a día, con esas sobredosis de Awañak que tanto le sulibeyan.