Lo dicho: Soria se prepara muy bien la primera respuesta, pero patina como un condenado (con perdón) cuando tiene que explayarse en la segunda. Le ocurrió también cuando el entrevistador abordó el fenómeno de la inmigración y las nuevas oleadas de cayucos. Soria tardó dos segundos en culpar a Zapatero de la cuestión por el proceso de regularización de inmigrantes irregulares que, a su juicio, “ha provocado un efecto rellamada”. Vale. Pero cuando se le recordó que Zapatero ha dictado sólo un decreto regularizador frente a tres de Aznar, nuestro hombre empezó a pensar en manzanas verdes y en lo bonito que era su valle. Magistral su reacción al explicarle el periodista que ahora llegan más inmigrantes en cada embarcación porque los cayucos son más grandes que las pateras, y que todo se debe al cierre de las fronteras marroquíes. “Pues cuando cierren las de Mauritania, vendrán en Ferry de Senegal”. Ja, ja, ja.