Eusebio Bautista es uno de esos personajes de la política canaria a los que jamás se echará en falta cuando se retire. Fue, en tiempos del CDS, candidato por un día a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, momentos antes de que le sustituyera en la línea de salida José Vicente León por motivos que nadie quiso jamás explicar abiertamente. A partir de entonces, finales de los ochenta, siempre hemos detectado la presencia de Bautista en puestos de cuarto nivel, esos que consisten prácticamente en cobrar una nómina del erario público únicamente a base de figurar como asesor, mayormente de Presidencia del Gobierno. Pero, de repente, cuando lo considerábamos perdido para la causa y para la Medalla al Mérito en el Trabajo (con distintivo blanco), reapareció el pasado viernes firmando un recurso contra los presupuestos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Por fin trabajó, aunque sólo haya sido firmando.