No se pueden ustedes imaginar cómo se pusieron algunos (unos cuantos, más bien) en el seno del PSC por la crónica que publicamos este lunes sobre la cena de Felipe González. Algún lector llamó incluso “facha” al autor del artículo, lo que bien pensado no deja de tener su coña marinera. Pero debemos volver sobre el asunto porque, además de lo publicado, otros aspectos vinieron a engrandecer aún más la ya de por sí enorme falta de organización que reina en ese ámbito concreto del socialismo canario. Sube por el efecto Zapatero y de los cambios de ciclo y algunos de sus dirigentes se empeñan en impedirlo por la vía de ponerle palos a las ruedas. Al mismo tiempo que Felipe estaba en Las Palmas, en la cuarta ciudad de Canarias, Telde, los socialistas presentaban su candidatura. Y allí pusieron a Juan Carlos Alemán, el candidato a la Presidencia, en una situación embarazosa.