Pepa Luzardo trata de curarse en salud ante este este nuevo escándalo nacido, criado y ensolerado en la etapa del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Para ello no se le ha ocurrido mejor fórmula que soltar una mentira (yo avisé a Jerónimo en la transmisión de poderes) y una denuncia fallida ante la Fiscalía. No se puede ir a ese órgano a contar una milonga sin aportar el menor dato que conduzca a una apertura de diligencias de investigación. Así que el fiscal, una vez leída la denuncia de Pepa, la llamó para que le completara aquello y, ante la evidencia de que a) no sabía lo que quería denunciar o b) no sabía si realmente era eso lo que quería denunciar, le devolvió los papeles y esperó a que los letrados consistoriales presentaran la denuncia que han presentado y que pondrá a Pepa y a los suyos en un aprieto.