Paco Spínola eligió el modo más salvaje para dimitir: hacerlo con un comunicado público, en lugar de pactar con la dirección de su partido el menor daño posible. Pero ya se sabe que el PSOE canario se ha especializado hace tiempo en meter la pata del modo más glorioso en los momentos más inoportunos. Spínola hizo ir a trabajar este domingo a una funcionaria del Grupo Socialista, Chelo Criado, para que enviara un comunicado que él ya tenía meditado desde la tarde anterior. No fue producto de una calentura, sino de una decisión madurada, como todas las que toma habitualmente este experimentado político que ha sido desde secretario general de la Presidencia con Jerónimo Saavedra, hasta secretario de Estado con ese mismo político en su etapa ministerial. En julio le dimitió a Spínola el secretario general del Grupo Parlamentario, Santiago Pérez, y nadie se enteró porque se aplicó el manual del menor daño posible. Spínola -y quienes le hayan asesorado en este trance- ha preferido la balacera.