Francisco, el jesuíta

Sorpresa en la urbe y sacudida en todo el orbe. La elección del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, como nueva Papa de la Iglesia Católica ha supuesto un hito histórico del que todavía se hacen solo las primeras valoraciones de urgencia. Bergoglio, un antiperonista radical que se ha significado como la oposición más crítica al kirchnerismo, tanto de Néstor como de su esposa, Cristina Fernández, desató este miércoles una avalancha de información y comentarios de todo tipo, sobre todo en las redes sociales, muy dadas también al chiste fácil. El Papa, sí, es argentino. Por primera vez en toda la historia, ha sido elegido un cardenal de fuera de Europa, y la Iglesia hablará más que nunca español y se fijará más que nunca en los países emergentes de lo que se dio en llamar el Tercer Mundo. Pero más allá del chovinismo que se ha podido ver y leer en las últimas horas, sobre todo por la procedencia del nuevo jefe de la Iglesia, lo que ha de valorarse por encima de su acento y o su nacionalidad es que Francisco I es jesuita, el primero de la Compañía de Jesús en llegar al sillón de Pedro, y el mensaje de renovación en el Vaticano es, por tanto, intencionado. Dicen de los jesuítas que son de lo más progresista dentro de la Curia, cosa a poner en cuarentena tratándose de la Iglesia, pero lo cierto es que, en todo caso, siempre será de visión más amplia un Papa jesuíta que otro del Opus Dei, con perdón de los sacerdotes villeros desaparecidos durante la Dictadura militar de Videla y otros asesinatos de los que nunca prefirió enterarse la jerarquía eclesíastica argentina. Incluído Su Santidad.

EL BÚNKER DE LA SANIDAD TIENE UN PROBLEMA

Primera víctima de cirugía cardiaca infantil

En lo que Francisco, el jesuíta, demuestra ese progresismo dentro del ultraconservadurismo de la jerarquía católica, en Canarias la vida sigue sin que haya fumata blanca para casi nada, y con la primera repercusión de extrema gravedad dentro del conflicto entre usuarios y médicos de la Unidad de Cirugía Cardiaca Infantil del hospital Materno de Gran Canaria y la Consejería de Sanidad. Este miércoles trascendía la muerte de una niña lactante, justo los días de la semana pasada en la que se daba por paralizado el servicio en lo que se incorporaban a la unidad los nuevos responsables. La Consejería de Sanidad ha reconocido el fallecimiento, pero dentro de su tónica habitual de agarrarse como un clavo ardiendo a la Ley de Protección de Datos para no aclarar nada de nada, se ha dedicado a despejar balones a córner de manera lamentable y dar a entender que la decisión de trasladar a una paciente para ser operada, a Gran Canaria o donde sea, la toman siempre los médicos, y se ejecuta en función de que el paciente esté estabilizado y el tiempo acompañe para el viaje. Coincidió la semana pasada la borrasca sobre las Islas, y esta muerte, irremediablemente, también va a coincidir con el recrudecimiento del conflicto entre administradores y administrados, que a veces parecen más, señores y vasallos.

LA AUDITORÍA DE 2006, MÁS URGENTE QUE NUNCA

Explicaciones para la galería

La Sanidad canaria siempre ha sido una fuente de conflictos internos de toda índole. No en vano trata con la salud de los isleños y maneja una millonada de presupuestos e intereses. Desde los tiempos del cólera, la Consejería que ahora ocupa Brígida Mendoza se ha significado por ser la más opaca de todas a la hora de atender las peticiones de información y transparecencia, que para eso es un ente público y no el cortijo de cuatro profesionales y políticos. Si ahora Sanidad se debe medir a las consecuencias de una muerte directamente relacionada por la operatividad de su unidad de Cirugía Cardiaca Infantil, hace unos días también daba muestras de soberbia a la hora de responder a una pregunta de este periódico, a raíz de la rueda de prensa de padres y médicos la semana pasada en la que sospechaban de la existencia de una auditoría sobre presuntas negligencias médicas en 2006, coincidentes en el tiempo con el relevo del anterior equipo médico de la Unidad y “casos fallidos” aparecidos de inmediato. ¿Existe esa auditoría y, de ser así, cuál es su resultado? Esa fue la pregunta y a Sanidad no se le ocurrió otra cosa que ponerse la venda antes de la herida: la auditoría no buscaba negligencias, nos dijeron y así lo publicamos. Ah, vale, nos alegramos que no buscara nada malo, ¿pero cuál fue el resultado, señora consejera? ¿Y sus consecuencias desde entonces? ¿Estas que padecemos ahora? A la espera seguimos.

POLEMICAS BAJAS LABORALES EN EL DIPUTADO DEL COMÚN

La bomba que heredó Saavedra

Vamos teniendo más información acerca de las tensiones laborales desatadas en la institución del Diputado del Común de Canarias, que dirige Jerónimo Saavedra no sin algunos sobresaltos. La herencia hasta ahora reconocida, el de quejas sin tramitar, el de casi parálisis de la institución, contiene también algunas bombas de carácter laboral que se han traducido en las bajas médicas de las que les hablábamos ayer, bajas médicas por depresión. Pero ni son todas por acoso laboral ni son todas nuevas del trinque. De las cuatro bajas por depresión o cuadro ansiedad de las que les hablábamos ayer, solo una podría atribuirse a la imposible convivencia con el jefe de gabinete del Diputado del Común, Jerónimo Samuel Ramírez, según confirman fuentes de la institución. Tanto el jefe como el trabajador de baja son personal de confianza que cesará cuando cese Saavedra, o antes. Pero los otros tres deprimidos vienen de atrás, dos de ellos con fuertes sanciones con suspensión de empleo y sueldo de hasta año y medio. Es el caso de un conductor, que en tiempos de Manuel Alcaide fue expedientado por diversas faltas, una de ellas muy graves. O de otra trabajadora a la que se le detectó que cobraba indebidamente unos complementos laborales para los que fue necesario manipular cierta documentación. Desde luego no parece muy ilusionante una conflictividad del 25% de un organismo que sólo tiene dieciséis trabajadores. ¿Qué se apuestan que el PP aprovecha esta crisis para pedir la desaparición del órgano?