Es muy probable que ninguna obra de don Benito Pérez Galdós se haya escenificado jamás en la localidad alemana de Leipzig, donde nació Richard Wagner en 1813. Ni en Bayreuth, donde cada año se celebra un prestigioso festival, fundado por él, dedicado a su obra. En Las Palmas de Gran Canaria, que vio nacer a Galdós en 1843, sí hemos tenido la oportunidad de presenciar grandes composiciones del alemán, como El anillo del nibelungo o Parsifal, en el teatro que da nombre a uno de los canarios más universales. En ese coliseo, coincidiendo con el 90º aniversario de su muerte, se va a poner en escena una de sus obras teatrales más grandiosas, Electra, en una producción muy novedosa que se realizará junto al Teatro Español de Madrid. Aún no se ha presentado la producción y ya han empezado a correr ríos de tinta acerca de su presupuesto, dicen que 400.000 euros, sin que en esos ríos hayan destacado ni el nombre del director, Ferrán Madico, ni el amplio elenco artístico, con amplia representación canaria, ni lo que puede suponer para una ciudad que aspira a la capitalidad cultural tomar una iniciativa así que girará por los más prestigiosos festivales de teatro del país. Galdós no es Wagner, por supuesto, quizás por eso y por la mediocridad y el pueblerinismo que resurge de vez en cuando, se sacudió el polvo de sus botas cuando partió hacia Madrid.