Hacía mucho tiempo que un general del Ejército español no era tan citado en los medios de comunicación de media España. El de la Guardia Civil Miguel Martínez García, protector de damas casadas con colegas de profesión y rango, el terror de jueces y policías, va camino de los anales gracias a sus exabruptos epistolares y su manifiesta ignorancia de la ley que ha de guardar y hacer guardar. Ya son tres los sindicatos que han pedido su relevo inmediato, el de su propio cuerpo de él, la Asociación Unificada de la Guardia Civil, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y el Sindicato Profesional de Policía (SPP), que se sumó este martes al clamor. Esta última central es a la que pertenece el inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía que protagonizó el incidente circulatorio con la esposa del general jefe de la Zona Militar de Canarias, y el que la denunció y ordenó su detención. Desconocemos los motivos por los que el SPP ha protagonizado este retraso, pero sí sabemos que el inspector jefe afiliado reclamó este martes un poquito de por favor, que ya está bien de ser tan remilgosos. Al SPP, como su propio nombre indica, se le vincula políticamente con el Partido Popular, lo que no justificaría en este caso sus reservas más allá de lo que supone que un sindicato conservador actúe públicamente contra un general del Ejército español.