ANÁLISIS

El Gobierno canario, en fuera de juego

A la espera de que se asiente el resultado de las elecciones generales de este domingo y se pueda descartar la posibilidad de un bloqueo que conduzca a elecciones a final de año, ya se puede avanzar qué podría ocurrir en Canarias a partir de ahora.

El Gobierno de Canarias, apuntalado por Coalición Canaria y el Partido Popular, se queda desnortado, casi desquiciado. Todos daban por hecho que sería el PP el que ocuparía La Moncloa, lo que otorgaba un gran valor a la figura de Manuel Domínguez, presidente conservador en el Archipiélago y vicepresidente del Gobierno. Estaba llamado a ser el enlace con los ministerios y con Feijóo, con permiso de los estrechos vínculos forjados por el presidente Fernando Clavijo durante sus años de senador autonómico.

Domínguez pasa a ser un socio algo devaluado, con menos capacidad de exigir ante las diferencias que, seguro, aflorarán en este pacto. Su capacidad estratégica queda reducida a sus votos en el Parlamento canario, lo que no es desdeñable, pero queda limitado a eso. Fernando Clavijo, por su parte, carece de interlocución con el PSOE, que le recordará cada día que llame que lo desalojó del poder pese a haber ganado las elecciones. Y tanto los consejeros de CC como los del PP tendrán que negociar cualquier asunto de Estado con ministros o ministras de la coalición gobernante, encabezada por el PSOE y Sumar.

Casimiro Curbelo, el líder de la Agrupación Socialista Gomera, tercer socio del actual pacto de Canarias, también queda en una situación francamente comprometida. Había firmado con el Gobierno de Pedro Sánchez la conocida como Estrategia Gomera 36, un plan de 230 proyectos adornados con 113 millones de euros enfocados a la sostenibilidad de su isla. El PP le había prometido su permanencia en el tiempo y en los presupuestos hasta 2036, pero ahora va a depender del partido que él ayudó a desalojar en Canarias.

La única diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, tendrá mucha influencia en el Congreso de los Diputados, de eso no hay duda, pero solo en el caso de que su voto sea decisivo y sus exigencias sean convenientemente entendidas y filtradas previamente por el PSOE de Canarias.

Más capacidad de maniobra que ella y que Clavijo tendrá Mario Cabrera, el líder de Coalición Canaria (Asamblea Majorera) en Fuerteventura, que supo pactar a tiempo y casi a escondidas con el PSOE de esa isla el Cabildo insular, que preside Lola García.

El giro político inesperado de este domingo anima más cosas que la Carrera de San Jerónimo.