Sebastián Grisaleña, que es tan perro viejo como García Alcalde y, casi al igual que él, conocedor de los manejos que nos hacemos los plumillas, advirtió de la situación al directivo de Prensa Ibérica. Pero éste restó importancia a la cuestión. Diana perfecta, por tanto, y de ahí que los analistas económicos arriba mencionados llegaran a la conclusión de que García Alcalde no sólo acababa de participar en la reunión con el Foro Empresarial, sino que ha sido el verdadero muñidor y cerebro gris de la operación que ha conducido a que se haya abierto una vía de armisticio en la patronal de Las Palmas. Las razones de ese asesoramiento y manipulación hay que encontrarlas, siempre en la versión atlántica, en la rasquera que produjo a La Provincia no haber estado en los manejos iniciales que condujeron al reparto de poder que ahora se viene abajo. Luego, debemos concluir, y sólo por ser malvados, que el otro diario de papel sí estuvo en esos manejos, hasta el punto de que logró destacar a dos de sus periodistas como asesores de las campañas riverianas y plateadas, como quedó dicho aquí en su día. Para gran cabreo de los redactores en cuestión y anuncios de querellas salvajes a grito pelado. Se recolocan las cosas y los que se creían ganadores creen que pueden ponerse disimulones y confiar en la mala memoria del personal, incluida la suya propia de ellos. Tanto que hasta se olvidan de preguntar a alguno de sus jefes qué ha hecho para que se reconduzca todo y, de paso, qué hacer para recomponer tamaño desatino.