El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Grandes acuerdos en La Casita
Javier Artiles no era nuevo en el mundo de la sanidad pública cuando decidió presentarse al concurso de la hemodiálisis tapado tras el nombre de Lifeblood y el rostro de su amigo Javier Jorcano, un gerente en horas bajas por el estallido de la crisis y la entrada en barrena de la inmobiliaria de su suegro, la famosa Inprocansa del asturiano Eduardo Fernández. Artiles era apoderado de RTS Baxter, pero quería que el negocio fuera solo para él. Pero no podía ser quien presentara las ofertas porque, a su vez, era asesor de la Consejería de Sanidad para todas las cuestiones que se salían de la normalidad administrativa de un departamento de la Comunidad Autónoma de Canarias. Lo mismo redactaba un pliego de un concurso o se sentaba a adjudicar en una mesa de contratación, que defendía en la jurisdicción penal a algunos de los que ahora comparten con él la condición de imputados por el caso Lifeblood. Su relación con la hemodiálisis empezó con Coalición Canaria, cuando en 2004 consiguió un concurso similar para prestar ese servicio en el área sur de Gran Canaria. De aquella época data su estrecha relación con la doctora Leocadia Palop, con la que se le vio en muchas ocasiones manteniendo largos almuerzos con entretenidas sobremesas en el restaurante La Casita, una concesión municipal que Artiles consiguió en la época de José Manuel Soria al frente de la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. Las comidas con esta amigable y dicharachera doctora las pagaba Artiles, por supuesto. Palop ha sido siempre la autora de los criterios de adjudicación de los concursos de hemodiálisis hasta su jubilación el pasado diciembre de 2010.
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