Pero la actual dirección, lejos de ponerse a cumplir con la legalidad vigente, ha tratado por todos los medios de encontrar una rendija por la que escaparse de la ejecución de la sentencia. Precisamente agarrándose de los mencionados cambios de numeración en los subplanes, trata de escaquearse de manera poco edificante, acudiendo incluso a prestigiosos bufetes jurídicos de Madrid que les pudieran echar una manita, a ver. Mientras, una parte de los trabajadores teme que la otra llegue a un acuerdo con la dirección, de modo que no se vea muy afectada la cuenta de resultados. Tratan de evitar tener que proveer esos dineros como pérdidas, por indicación directa del Banco de España. No será, ni mucho menos, el único feo que tratan de hacer a los trabajadores, a los que han apretado tanto que hasta los auditores del banco emisor lo han hecho constar en sus informes preliminares, donde hablan de enrarecido ambiente laboral.