Las aguas andan algo más calmadas en las filas del PSC, quizás porque aplican con sabia resignación aquel proverbio oriental que previene de la inutilidad de obstinarse ante los problemas que no tienen solución. Y lo de El Hierro no tiene solución, por muy flamenco que se ponga Julio Cruz o por muy conciliador que se presente ante la mesa de seguimiento del pacto Paco Hernández Spínola. Con todo el dolor del mundo (según dicen) el PSOE expulsará a todos los responsables del PSC herreño, de modo y manera que no cunda la indisciplina y los socios de CC comprueben lo que ya saben, que la censura a Belén Allende no es una traición calculada. La distancia y la calma también han permitido al PSOE conocer con mayor profundidad los entresijos de esa moción de censura, la participación activa que tuvieron Miguel Cabrera Pérez-Camacho, por el PP, y Eligio Hernández Gutiérrez, por el PSOE, y el atorramiento selectivo de los socialistas palmeros, que han pospuesto a diciembre su hipotética entrada en un pacto con CC en el Cabildo de esa isla a la espera de comprobar el tamaño del correctivo que recibirán los compañeritos herreños. Manuel Marcos Pérez sigue sin ponerse al teléfono para dar una explicación ante tan dilatoria táctica.