Lo habíamos advertido, pero no quisimos pontificar más de la cuenta no nos fueran a tachar de más papistas que el Papa. Pero al final teníamos razón: la querella de Soria contra Francisco Cabrera tendrá que verse en los juzgados de Santa Cruz de Tenerife, una vez el titular del de Instrucción 4 de Las Palmas de Gran Canaria, Florencio Barrera, comunicara este viernes a las partes que se inhibía en favor de los del partido donde presuntamente se produjeron las injurias y calumnias. Para esa comunicación tan leve tuvo que desplarzarse de nuevo desde Madrid ese atareado abogado que tiene Soria, el doctor Nicolás González-Cuéllar Serrano, de cuyos honorarios, gastos y dietas seguimos sin tener noticia. Más que nada para saber si los paga Soria de su bolsillo o lo está haciendo el Cabildo de Gran Canaria.