Las negociaciones para la adquisición de estos dos espacios han sido largas y muy laboriosas, además de discretas. Ha habido que poner de acuerdo a siete propietarios en torno a una expropiación de mutuo acuerdo, con tasaciones oficiales y la obligada concordancia entre valores catastrales y registrales, asunto éste de complicado encaje en una tierra tan dada al compadreo, como todo el mundo sabe. El Cabildo, que fue el que lideró las negociaciones, pactó en Juncalillo del Sur con herederos del Condado de la Vega Grande, y en El Cabrón, con cuatro propietarios diferentes. El esfuerzo dio sus frutos, se aprovecharon los fondos europeos, Gran Canaria se hace con 2,3 millones de metros cuadrados de suelo público protegido y el Cabildo consigue, por una vez, ser el único que presenta un proyecto en tiempo y forma con éxito. Hay que alegrarse.