La demanda civil de protección del honor interpuesta por Soria constituye todo un hito en su estrategia judicial contra todo aquel que ose pasarle rozando. Y es un cambio táctico no solamente por la modalidad escogida -la civil-, sino también por ese simbólico euro que reclama de indemnización. Hasta ahora el vicepresidente había utilizado la vía penal para ir contra quienes le atribuyeran la presunta comisión de un delito, y ante esa circunstancia nos encontramos si, como sostiene el presidente del PP, Cambreleng le acusó de un intento de soborno a un testigo judicial, es decir, un delito contra la Administración de Justicia. O sea, que ha cambiado la calumnia por el honor. Es más que probable que este cambio de táctica responda a la sucesión ya sangrante de varapalos judiciales que se han traducido en la absolución de los denunciados por Soria acompañada de la condena a costas del denunciante, que si los cálculos no nos fallan y a la espera de un recurso en la Audiencia Provincial, ya podría ir por 30.000 euros.