Gracias a la buena mano de Joaquín García, los aparatos de aire acondicionado que arrojaban su chorro de frío sobre los funcionarios fueron cambiados de sitio antes de que este viernes se acercara Carolina Déniz por Granadera. Pero no pudo el jefe del negociado de artes plásticas ocultar el hacinamiento que sufren los 27 funcionarios del Servicio Común de Notificaciones, ni la chapuza que constituye una de las paredes del despacho del juez de guardia: formada por bloques vista tapados de cualquier manera por unas mamparas, presenta huecos que permiten escuchar todo lo que allí pasa desde la sala de fotocopiadoras del despacho de los procuradores. No quieran imaginarse cómo se puso el señor García y algunos de sus padrinos cuando una magistrada se quejó de que el sistema informático de los juzgados es tan defectuoso que podría incluso provocar en Canarias un caso similar al del juez Tirado. Ya lo arreglarán, ya, salvo que antes haya que poner un nuevo coche oficial a alguna autoridad judicial necesitada.