Pero no sólo de encuestas capciosas vive la isla de Lanzarote, cada día más necesitada de ser sometida a un reseteo político, si existiera tal figura en el ordenamiento jurídico español. Las formaciones políticas se recolocan para tratar de recuperar/renovar el favor ciudadano, unas con más ilusión y posibilidades que otras, todo hay que decirlo. Acontecimientos tan conmovedores como las operaciones anti-corrupción que sacuden la isla de norte a sur (más hacia el sur que hacia el norte, de momento) van a tener mucha influencia en esos preparativos, por lo que todo el mundo anda mirando de reojo al cuartelillo de la Guardia Civil a ver si hay movimientos premonitorios. Un periódico digital conejero, extraviado desde que perdió la inspiración editorial, publicó no hace mucho que era inminente una nueva redada del instituto armado, lo que provocó que se disparara en la isla el consumo de Salvacolina, incluso entre los actuales propietarios de la web, que le preguntaron al director si estaba loco, si estaba tentando al demonio o si lo que realmente quería era volver a pasear los perros de los amos, por lo demás ilustres imputados (y seguramente por imputar) de la Operación Unión.