La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera
Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Esperar un año por los datos de criminalidad

Manuel Fernández, diputado del PP.

Lo decíamos no hace mucho en esta sección tan incómoda para muchos: la sensación de inseguridad que se vive en algunas zonas de las grandes ciudades canarias, particularmente en Las Palmas de Gran Canaria, es responsabilidad directa de los responsables de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. No basta con sacar de sus días de permiso a 36 agentes para que ante la prensa aparezca más presencia policial que la casi nula que se presenta los fines de semana en las zonas de ocio, por lo demás de máxima afluencia con todas sus consecuencias. Hace falta una mayor coordinación entre los diferentes cuerpos (incluida la Guanchancha) y un número estable de policías que atiendan de manera eficaz los incidentes que por norma se suceden. La prensa local ha pasado de creerse las historias para no dormir que desde la Delegación del Gobierno y desde el Ayuntamiento de Las Palmas se han venido lanzando a abrazarse a los datos oficiales de la Unión Europea que sitúan a esta ciudad como una de las de peores índices de inseguridad, por no decir directamente de criminalidad. La delegada del Gobierno, responsable directa de estas cifras, pide prudencia para que no se empañe más su imagen de pésima gestora y para que no se deteriore la de la capital que más turistas recibe últimamente. Pero al mismo tiempo es incapaz de ofrecer datos fiables que contrarresten los que, por ejemplo, lanzó este lunes Canarias7, que hablaba de un empeoramiento claro de los indicadores de criminalidad. Bento negó la mayor y se escudó en el dato regional, que es claramente mejor que el de la capital grancanaria, y pidió “esperar un año para poder comparar los datos consolidados”, lo que seguramente servirá para que el próximo delegado del Gobierno se coma el marrón con las papas que ella deje frías en el plato.

Una prórroga para proteger a Repsol

Al PP se le atragantan los datos objetivos, tanto cuando sus dirigentes y cargos públicos hablan de seguridad como cuando lo hacen de recuperación económica o del recibo de la luz. Si la realidad les afea su gestión, directamente acuden a una paralela que les ampare. Lo hizo Soria este domingo, sin ir más lejos, en El Objetivo, remitiendo a los telespectadores a los datos trimestrales del INE sobre Índice de Precios al Consumo (IPC) y despreciando por ello todos los demás parámetros que demuestran que el recibo no ha hecho más que subir. Para desmentir los datos europeos que hablan de mayor criminalidad en Las Palmas, la delegada del Gobierno pide que tiempo para ver cómo se maquillarán en las próximas oleadas que el Ministerio del Interior ofrezca. Nada se ha dicho desde el Gobierno, sin embargo, de la reclamación de información que sobre las prospecciones ha hecho la Unión Europea. Los hermanos Bento no han cumplimentado esas exigencias por falta de tiempo, quizás por lo ocupado que están en otras gestiones en favor de Repsol. Resulta muy llamativo que el Gobierno pida una prórroga a Bruselas para aportar a las autoridades comunitarias una información que se supone debería estar en los expedientes de autorización de las prospecciones. Una prórroga, por cierto, que jamás han concedido a las autoridades canarias para una mejor tramitación de unos permisos que en el momento menos pensado van a quedar anulados por las instancias administrativas y/o judiciales. Tiempo al tiempo.

Soria interesa cada vez menos

Fue más comentada en las redes sociales la entrevista que Ana Pastor le hizo a José Manuel Soria este domingo en La Sexta que el seguimiento que despertó en la audiencia. El ministro de Industria, Energía y Turismo ya dejó de levantar pasiones, y no solamente entre los que le aúpan o entre los que se indignan ante las patrañas que larga de manera tan solemne; la sensación es que ya ha dejado de interesar al común de los mortales. Y no lo decimos porque lo diga el INE, organismo al que se aferró falazmente durante ese programa para sostener el sofisma de que el recibo de la luz le ha bajado a todos los españoles; lo decimos por los datos objetivos de audiencia. Veamos. El Objetivo de este domingo sólo cosechó a escala nacional un 7,8% de audiencia, el segundo peor dato del programa, que tiene una media del 10% de la audiencia que en esa franja ve la tele. ¿Y en Canarias? Pues en Canarias, la tierra que durante la entrevista él dijo defender como un jabato, los datos de audiencia fueron todavía peores: sólo llegó a un 5,6%, cuando la media del programa es del 7% y el peor registro, un 5%. Ante unos números así, lo mejor es que el PP de Canarias pida de inmediato el cierre de La Sexta y el despido de Ana Pastor, al que ya se cargó ese partido de Televisión Española a poco de ganar las elecciones con mayoría absoluta con el catastrófico resultado de audiencia y de credibilidad de todos conocido.

Se marcha Manolo Fernández

Sin que nadie se lo pidiera (hubiera sido inútil) Manolo Fernández, eterno diputado del PP en el Parlamento de Canarias, anunció este lunes que abandona la política activa, a la que ha estado vinculado directamente más de cuarenta años, según delata su biografía. Sería el momento más noble de despedirlo con amabilidad, de tenderle el puente de plata que la ocasión requiere, pero sería a su vez injusto no dedicarle algunas coplillas por haber sido uno de los máximos exponentes de lo que Podemos ha popularizado como “la casta”. Sí, Manuel Fernández González es la máxima representación de lo que podríamos calificar como político dedicado a la política por el mero interés personal, camuflado, eso sí, como ejemplar servidor de lo público a través de su partido, el Popular, conjugado sin recato en defensor de sus intereses particulares, principalmente como mediador de la clase empresarial ante las instituciones. Y a su currículo nos remitimos para sostener esta afirmación. Con motivo del estallido del caso Salmón se descubrió la existencia de un contrato que le vinculaba sin tapujos con el grupo Anfi del Mar, por el que cobraba nada más y nada menos que por resolverle sus trámites urbanísticos ante las instituciones al tiempo que cobraba del Parlamento de Canarias un sueldo por dedicación exclusiva. En la Cámara regional canaria ha estado destinado siempre en comisiones parlamentarias con influencia en sus propios negocios particulares y hasta llegó a ser consejero de Industria del Gobierno regional. Fue mano derecha del empresario noruego –ya fallecido- Björn Lyng, en cuya empresa ocupó durante años el puesto de consejero delegado, desde el que invitó en muchas ocasiones a diputados de todos los partidos a suculentas vacaciones con todos los gastos pagados en los complejos Anfi del Mar, donde sirvió como introductor de su jefe desde 1999, José Manuel Soria López, para que disfrutara de ventajosas estancias que el actual ministro alegó, al ser descubierto, pagaba en efectivo cuando le pasaban la factura.

Deja a su hijo Manolo de heredero

Manolo Fernández fue uno de los numerosos altos cargos del PP que disfrutó de las ventajas de tener a Águeda Montelongo como consejera de Turismo del Cabildo de Fuerteventura para que con dinero público pagara –en su caso concreto- el alquiler de un coche cuando visitó la isla por motivos partidarios. Sus explicaciones sobre los escándalos en los que se ha visto envuelto el PP, partido del que llegó a ser secretario general en Canarias, han sido muy suculentas. Baste reseñar lo que dijo cuando la Intervención del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife descubrió que el equipo de Cristina Tavió pagó con fondos públicos bragas, sostenes, gayumbos, copas, reparaciones de coches y fines de semanas en hoteles con spa: el dinero era para el partido y todos tuvimos que buscar facturas falsas para justificarlo. La Fiscalía archivó ese escándalo por “falta de pruebas” en una muestra más de que el ministerio público es muy libre de imputar a la gente del PP. También fue Manolo Fernández el que llamó gilipollas a los que están contra las prospecciones petrolíferas, expresión lanzada –todo hay que decirlo- en el contexto de su creencia de que el crudo que no saque España lo sacará Marruecos (ay, mi cabeza). Pero Fernández no se marchará del todo, no abandonará la política para siempre. Está comúnmente aceptado que quien tuvo retuvo y que su influencia le seguirá sirviendo para sacar adelante sus negocios particulares. Y cuando esa influencia se acabe, ehí estará su hijo, Manolín Fernández, para guardarle los flancos que sean necesarios. Desde hace unos años su pupilo actúa de manera plenipotenciaria en el grupo popular del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en el que ha enseñado la patita en un par de ocasiones. La última para pedir la legalización del mamotreto de Las Teresitas en contra del histórico criterio de su grupo (al menos desde que fue expulsado el grupo del gobierno) de que debía ser demolido.

Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Etiquetas
stats