Quizás haya que ir pensando muy seriamente en la conveniencia de sugerirle a los socialistas canarios que contraten los servicios de una santera que eche un conjuro para disipar el mal de ojo que parece afectar a los dirigentes del PSC. Si no fuera porque sonaría a marciano, cabría pensar que se esfuerzan con denuedo en perder las próximas elecciones locales y autonómicas, por mucho que las encuestas se empeñen en llevarles la contraria. Parecía que se habían puesto flamencos con el Gobierno de Adán Martín con el asunto de los presupuestos y la televisión digital terrestre, pero a la siguiente curva han vuelto a perder el control y se han dado con los quitamiedos. El asunto nuevo es la radio pública, donde se han evidenciado una serie de contradicciones que conducen necesariamente a exigir un poquito de unidad de criterios, una voz única que explique a los ciudadanos qué es lo que realmente piensan los socialistas canarios. Mientras Juan Carlos Alemán trataba este viernes de desmentir lo evidente, otros portavoces demostraban que van camino al desastre.