Empieza a ser una tarea titánica encontrar una afirmación que se acerque mínimamente a la verdad en la declaración prestada el 26 de noviembre pasado por José Manuel Soria ante la magistrada que instruye el caso salmón, Margarita Varona. A medida que avanza la instrucción, se conocen los resultados de las pesquisas policiales y declaran testigos conocedores de las vacaciones del presidente del Gobierno en el complejo Anfi del Mar, va creciéndole la nariz de un modo imparable a la par que patético. Por mucho que insista su periódico de cabecera, el adalid del periodismo creativo, Canarias7, que este sábado dijo que los testigos que comparecieron el viernes avalaron las tesis sorianas, se confirma que la verdad no es una prioridad para este político cada vez más desprestigiado, cada vez más enredado en su propia telaraña de mentiras y trapisondas. Basta con repasar su declaración y contrastarla con las de este viernes.