Dada la esquizofrenia en que andan metidos algunos dirigentes del PP, comprendemos que no se hayan detenido en la noticia que les comentamos, cuyos detalles les hubieran servido para pedir la dimisión del delegado del Gobierno, del portero del edificio Basconia o del experto que analizó las entrañas de Arguineguín por encargo de Onalia Bueno (pero esa es otra historia que ya les contaremos). El caso cierto es que la conexión etarra y del 11-M con Gran Canaria la hemos encontrado en uno de esos laboratorios desarticulados por la Policía, en Siete Palmas, donde se dieron cuenta de que la droga era cortada nada más y nada menos que con ácido bórico. Si a eso unimos que la Guardia Civil ha trincado a un paisano cultivando marihuana en la presa de Soria (que no es Pepa), ya tenemos el cuadro completo.