Una vez desaparecen ciudadanos molestos de P-15 y esta empresa es sustituida por otra más allegada a los favores portuarios, Canary Crow MB, cercana a Germán Suárez, los problemas empiezan a disiparse a un ritmo desenfrenado. Tanto es así que incluso la concesión de suelo público portuario pasa de 1.094 metros a 2.553 sin que nadie ponga un pero. Bueno, hubo algún pero por parte de algún consejero socialista en la Autoridad Portuaria, pero otro compañerito lo arregló convenientemente. Y el arreglo significaba, ni más ni menos, que pasar por alto uno de los mandatos principales de la ley portuaria de 2003, que obliga a concurso de competencia todas aquellas peticiones de concesión que superen los 2.500 metros cuadrados de ocupación de suelo del Puerto. No hubo concurso, y Sotavento consiguió ampliar su parcela. Y a continuación viene todo lo demás, es decir, aprovechar que el centro comercial está en buenas manos, rematemos el resto de operaciones estrella del muelle deportivo de Las Palmas de Gran Canaria. Pero, si nos lo permiten, esta segunda parte la relataremos el lunes.