Tiene razón el Ministerio de Justicia al afirmar, en su nota de este fin de semana, que los únicos incidentes protocolarios que tiene su titular, el canario Juan Fernando López Aguilar, se generan exclusivamente en su tierra. Lo sostienen también en los servicios de protocolo de La Moncloa, donde tiemblan cada vez que reciben una llamada telefónica desde Canarias para pedir una aclaración a unas normas y a unos decretos que están meridianamente claros. Lo ocurrido este sábado en el auditorio Alfredo Kraus entre el ministro y la vicepresidenta Julios por un quítame allá esa presidencia, no es más que una confirmación de lo miserable que es la política local cuando de un dudoso protagonismo se trata. La intrahistoria de lo ocurrido en la clausura del I Encuentro de Economía Social Canarias-África revela a las claras quién tiene la razón y quién intentó meter un gol por la escuadra en el último minuto.