Es curioso observar cómo en tan poco tiempo le han caído encima a CC y al PP los mismos argumentos que rechazaron cuando se celebró la penosa comisión eólica. Santiago Pérez, en nombre del PSOE, exigió entonces que se prohibiera a Soria ser juez y parte en aquella mascarada, y fueron los servicios jurídicos del Parlamento los que tumbaron las pretensiones socialistas. Los letrados argumentaron que no se podían recortar ni restringir los derechos de ningún diputado a menos que estuviera expresamente previsto en la ley y en el reglamento de la Cámara. Si esos principios sirvieron para avalar la presencia de Soria en la comisión eólica, habrán de servir también para que Paquita Luengo pueda estar en la de Tebeto, salvo que la ley del fonil impere también en la sede del poder legislativo canario. Que todo es posible en el Bajo Volta.