No puede haber normas estrictas para este tipo de situaciones, que se dan a menudo en los medios de comunicación, tanto impresos como digitales. Por norma general, los libros de estilo rechazan la publicación de fotografías cruentas, tanto en portada como en páginas interiores de los diarios. Sin embargo, está demostrado que con la misma intensidad que muchos lectores repudian la inclusión de este tipo de imágenes, se disparan las ventas en los kioskos o las visitas a la web de aquellos medios que las publican. No producen el mismo rechazo, por cierto, imágenes sangrientas o desagradables si las víctimas son cercanas o extrañas. No es lo mismo el cadáver de José Miguel que los restos mutilados de los paquistaníes muertos en el atentado mortal de Benazir Bhutto, imagen que publicamos aquí y que no provocó ningún comentario de rechazo.