No están en los archivos de la Autoridad Portuaria los documentos que maneja Pepa Luzardo y que ahora lanza, cual bomba retardada, a los pies de Arnáiz, Mauricio y Adán Martín. Y no constan, sencillamente, porque la impunidad no alcanzó a tanto. Sí es cierto que existen, como es cierto que fueron elaborados desde una ingeniería muy cercana al presidente de la Autoridad Portuaria y a su socio y amigo Chema Hernández. Pero como no están custodiados por organismo público alguno es como si jamás hubieran existido, más o menos lo que le ocurre al concurso de La Gran Marina. De la aparición de este proyecto y de estos sabrosos documentos el año pasado fue la dimisión irrevocable del entonces director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Esteban del Nero, que se mandó a mudar antes de que el contenido de las sentinas le salpicara.