El Cabildo de Lanzarote parece estar predestinado a la desdicha y a la zozobra. Su nuevo presidente ha vuelto a poner en manos de un abogado del régimen los asuntos jurídicos de la Corporación, lo que hace presagiar los peores resultados. El letrado se llama Ignacio Calatayud, muy conocido en los ambientes políticos y empresariales de Lanzarote, y no precisamente por sus sesudos dictámenes, sino por sus magníficas relaciones. Es yerno del también famosísimo Felipe Fernández Camero, el letrado que más veces aparece mencionado en el sumario de la operación Unión, y amigo íntimo del mismísimo San Ginés, con el que comparte copas y hasta vacaciones. Calatayud ha sido, cómo no, el letrado encargado de redactar un informe con el que aplicar la resolución judicial que destroza el concurso de la auditoría a los centros del Cabildo. En él acata la decisión del TSJC, anula el concurso, lo declara desierto y convierte en incompatible para ajudicárselo a la empresa que lo recurrió, Canariaudit, a la que acusa de no ser independiente.