Este martes se inauguraron en el Gran Hotel Bahía del Duque, en el sur de Tenerife, las sesiones de trabajo de la Conferencia Internacional sobre Alianzas Comerciales del Corporate Council on África, una iniciativa promovida por el Cabildo de Tenerife que ha contado con el respaldo del Gobierno de Canarias y la Cámara de Comercio tinerfeña. Las reseñas periodísticas hablan de una conferencia enfocada a tantear las capacidades tinerfeñas para inversores estadounidenses especializados en energías renovables, infraestructuras y nuevas tecnologías con vistas al continente africano. Una iniciativa encomiable si no fuera por el enfoque absolutamente isloteñista que se la ha pretendido dar, obviando cualquier otra iniciativa tomada hasta ahora así como el liderazgo de las dos instituciones que en Canarias andan trabajando muy seriamente en las posibilidades de Canarias, de toda Canarias, para convertirse en plataforma logística y de negocios para la más que cantada colonización comercial e industrial de África. Porque la presencia del Gobierno y de Casa África no puede reducirse a la condición de testimonial, pero sí de comparsa, de mecenas a los que se ha encargado que cubran una serie de paneles que permitan dar lustre a las jornadas, para la foto que habría de colocar a Tenerife en solitario en la carrera hacia África. La web de las jornadas no deja lugar a dudas: en la versión inglesa se dice que Tenerife está a tan sólo 80 kilómetros de la costa Africana, que es la isla más grande y más poblada de Canarias que, además, cuenta con unas ventajas fiscales únicas. La versión española es mucho más objetiva.