Ya le habían metido el dedo en el ojo la Tomás y el Durán al ex macho cuando irrumpió Pablo Castellano a rematarlo con un sopapo de aúpa. Le lavó la cara a Soria por aquellas acusaciones del PP al PSOE de pactar con rompedores de España y hacer lo mismo él con CC y antes Aznar con el PNV o Jaume Matas con Unió Mallorquina. Arrinconado en el ring, quería asirse Soria a la campana de la Ley Electoral vigente pero otro golpe de derecha, “a modo de reflexión”, del ex líder de IS lo dejó KO. Tanto, que cuando el presentador le preguntó, lanzándole una toalla y un protector dental, si tenía un coche tuneado como Benach (ERC) respondió con cara de susto, de a mí que me registren. El hombre andaba groggy, sin subirse al carro de la leña de sus contertulios al presidente de la Xunta por su despacho de dos millones de euros (¿se sentía retratado por el bidé su hermano?) hasta el punto de que sólo pudo articular un hilito de voz cuando en la mesa llamaron “membrillo” a Rajoy. En fin, que no se llevó el gato al agua. Y si todo esto fuera poco, ahí les dejamos el artículo de Antonio San José en elplural.es.